La flor de cera, también definida como Hoya carnosa, es una especie de enredadera que da flores de color blanco y rosa. Las flores son revestidas en forma de estrella y las hojas carnosas dan un aspecto, que verdaderamente parecen creadas de manera artificial.
Es una planta de interior perteneciente al género de las Apocynaceae, requiere de pocos cuidados, solo hay que estar atento al regado.
Características de la flor de la cera.
Es una planta de climas cálidos, por lo que, aunque se tenga en el interior de la casa, debe tener una temperatura entre los 15 y los 25 grados, así como en un buen ambiente de luz que le permita conseguir los rayos del sol que son los que ayudarán a que florezca en primavera.
Sin embargo, lo ideal es tenerla en un ambiente de semisombra, pues los rayos muy directos e incesantes podrían perjudicar.
Por otra parte, esta planta no aguanta las corrientes de viento.
Regar una flor de la cera.
Es preferible ser cautos a la hora de hacerlo y hacerlo de forma moderada, ya que sus flores carnosas tienen siempre un abastecimiento de agua que las ayudan a aguantar durante más tiempo sin ser regadas. Por lo general, hay que esperar que la tierra se seque antes de volver a mojarla.
Lo único malo que tiene esta mata es su penetrante aroma, que por las noches puede llegar a ser difícil de aguantar.
Cultivo y cuidados de la flor de cera
La Iluminación: Requiere estar en un lugar muy iluminado, pero sin coger de forma directa los rayos del sol.
La Temperatura: No puede estar a temperaturas menores a 10 ºC. Los ambientes calientes son excelentes para su siembra.
El Suelo: El ideal es aquel que tiene un sustrato con una mezcolanza de hojas y tierra de brezo.
El Trasplante: Se invita hacerlo solamente cuando la planta ya no quepa en el envase, y al final del invierno.
El Riego: Debe ser copiosa durante el verano y con escaso el resto del año, de manera que la tierra esté siempre húmeda pero no encharcada. Sabrás si le falta agua porque las hojas se tornarán marchitas.
La Poda: Por ningún motivo quité los tallos de las flores marchitas, de allí nacerán las flores en la siguiente temporada.
El Abono: Se debe usar fertilizante mineral, cada quince días en primavera y verano y una vez al mes durante el otoño, en invierno no hace falta abonar. Lo ideal es que sea abono orgánico.