NaturalezaCuidados y Cultivo de PlantasCuidado de la mimosa o Mimosa pudica

Cuidado de la mimosa o Mimosa pudica

La Mimosa es una de las plantas más singulares disponibles y su capacidad para doblar sus hojas cuando se toca es extremadamente sorprendente por la velocidad con la que lo hace, es poco común en el mundo de las plantas.

Cada vez es más demandada para decorar diversos espacios, ya que no solo sus hojas son impresionantes, sino que sus flores son redondas y en colores que van desde el rosa claro, casi blanco hasta el rosa intenso, muy decorativas.

Si quieres aprender a cultivar tu propia mimosa en casa y darle todo lo que necesita, sigue leyendo este artículo, en donde encontrarás una guía completa para el cuidado de la mimosa.

Características de la mimosa

Cuando hablamos de mimosa, normalmente nos referimos a las plantas del género Mimosa, de la familia Mimosaceae. Sus nombres usuales son vergonzosa, adormidera, mimosa sensitiva o moriviví.

Es importante tener en cuenta que la mimosa de la que hablamos es una herbácea perenne, una planta que no suele superar el medio metro de altura, y que no tiene nada que ver con la otra planta llamada mimosa, la Acacia Dealbata, un árbol de espectaculares flores amarillas, muy popular entre los jardineros.

La Mimosa púdica es originaria de América y crece de forma silvestre allí en todos los territorios gracias a su capacidad de crecimiento y germinación, lo que hace que sea prácticamente considerada una planta invasora en algunos ambientes.

Sus tallos crecen hasta 90 cm de longitud, a veces rastreros, tienen costillas marcadas, pequeñas espinas y están cubiertos de pelos blanquecinos. Sus hojas son compuestas y alternas, con dos hileras de folíolos paralelos, y pequeñas flores rosas agrupadas en pequeñas esferas o pompones de 1 cm aproximadamente. Su esperanza de vida es de unos 5 años.

Cuando tocas la planta dobla sus hojas como mecanismo de protección para parecer mustia y evitar ser comida, así como evitar la evaporación excesiva de agua, cuyo efecto es el más conocido. Este recibe el nombre de nictinastia, y al realizar el movimiento supone un esfuerzo y un estrés considerable para la planta, por lo que no debes provocarlo solo con verlo.

Se debe mencionar que la planta puede ser alucinogénica si se traga, por lo que si la tenemos en casa, debemos mantenerla alejada de los niños pequeños y de los animales.

Lugar para la mimosa

La mimosa necesita abundante luz, aunque se puede cultivar tanto en interiores como en exteriores gracias a su resistencia. En todo caso, la planta recibirá como al menos 5 horas al día de exposición directa al sol o disfrutar de una lámpara adecuada para ella, con suficiente potencia. Asimismo, es importante mantenerla alejada de las corrientes de aire.

En el jardín, ten en cuenta su gran capacidad de expansión, y si las condiciones son las adecuadas, deberás tomar medidas para que no crezca más de lo que quieres.

Clima para mimosa

Esta planta no tolera el frío. Ni siquiera hace falta hablar de las heladas, si la temperatura desciende por debajo de los 10 °C, la mimosa puede sufrir daños graves, por lo que en muchos climas lo más cómodo y seguro es cultivarla en maceta y así poder moverla al interior durante los meses fríos, luego regresarla al exterior cuando regrese el calor.

Riego de la mimosa

La planta debe mantener un nivel bajo, pero constante de humedad del suelo o sustrato, lo que significa que durante el verano tendrá que darle un riego cada 48 horas, aunque siempre sin encharcar y con cuidado de no excederte. En los meses fríos será suficiente 1 riego por semana o como mucho dos.

En cualquier caso, siempre presta atención al estado del suelo o sustrato: si está seco a una profundidad de 2-3 cm, es hora de volver a regar. Insistimos en que nunca inundes tu mimosa, de lo contrario podrías provocar la pudrición de la raíz.

Te recomendamos que leas este otro artículo sobre Cuándo regar las plantas.

Sustrato y tierra para mimosa.

Lo más importante de la tierra de la mimosa es que debe ofrecer el mejor drenaje posible, y que sea ligero y aireado, puedes usar una mezcla universal con fibra de coco, turba y humus de gusano a partes iguales, lo que da un sustrato rico en nutrientes, muy ligero y con excelentes propiedades.

En el exterior, busca donde no se acumule agua al regar y, si es necesario, quita unos 50 cm de tierra y rellena con la mezcla antes mencionada.

Fertilizante para la mimosa

La planta no es muy exigente en cuanto a nutrientes, pero si hay materia orgánica crecerá con mucha más fuerza y con mejor aspecto. Dale unos centímetros de humus de gusano o compost en la base de la planta durante los meses cálidos cada 15 días

Poda de la mimosa

No es necesario practicar ninguna poda excepto para controlar su crecimiento si es excesivo, su planta de mimosa apreciará la habitual poda de mantenimiento que lo libera de hojas, tallos y flores marchitas y le permite dirigir su energía a las partes más sanas.

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