Anteriormente, hemos hablado sobre el cuidado del bonsái tamarindo, uno de los más bonitos, y hoy hablaremos sobre otro de los bonsáis más bonitos: el bonsái de higuera. Es originario de Asia y del Mediterráneo y es un árbol caducifolio muy distinguido por sus frutos, que son los higos brevales. Ramificar la copa suele ser difícil, lo que hace que muchas personas prefieran optar por otras especies.
Hay más de 40 variedades de higos, muchos de los cuales tienen diferentes características, para que puedas elegir el que mejor se adapte a las condiciones en casa o en el exterior.
Cuidados del bonsái higuera
- Iluminación: lo ideal es que esté al sol el mayor tiempo posible, aunque durante la época de más calor es mejor que no esté durante mucho tiempo, ya que podría estropearse. Después del trasplante es mejor tenerlo en un sitio con sombra hasta que se recupere, pero en un sitio bien iluminado.
- Temperatura: no exige una temperatura en concreto, pero sí es importante que esté bien protegida del frío intenso y de las heladas, aunque un poco de frío le viene bien.
- Riego del bonsái higuera: no hay una frecuencia determinada, pero se debe regar cada vez que el sustrato se haya secado parcialmente, así que en verano necesitará más agua que en invierno. Si se marchita por falta de agua, mételo completamente en un recipiente hasta que se empape toda la tierra, eso hará que se recupere.
- Abono: debes utilizar un abono líquido para bonsáis cada 15 días en la época desde que comienza a brotar hasta el final del verano. No lo abones cuando hagas un trasplante, debes esperar a que empiece a brotar.
- Poda: se recomienda comenzar a podar cuando la rama ya haya llegado a tener entre 6 y 8 hojas, así tendrán tiempo de madurar mejor y dar frutos.
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