La afelandra es una planta que pertenece a la familia Acantáceas, que a su vez pertenece al género Aphelandra. Hay más de 200 especies, casi todas originarias de Brasil, pero en condiciones adecuadas se pueden cultivar en cualquier parte del mundo. Las principales sonaphelandra acutifolia, aphelandra squarrosa, aphelandra sinclairiana o aphelandra tetragona, entre otras.
Igualmente, se conoce como «Añilillo» y es una planta de interior muy atractiva gracias al verde vivo de sus hojas, que contrasta espectacularmente con el blanco crema de los nervios. Cuenta con espigas terminales, de donde salen las flores, que suelen ser de color amarillo, naranja o rosa. Florece en primavera y verano si los cuidados que recibe son los adecuados. En este artículo te explicamos cuáles son los cuidados de la afelandra.
Principales cuidados de la afelandra
- Ubicación: Necesita estar en un lugar luminoso y cálido, en una maceta que sea grande. Si recibe demasiado sol, las hojas se caerán, debes evitar que reciba los rayos del sol de forma directa.
- Temperatura: se recomienda que esté todo el año a temperaturas entre los 15 y los 25 °C, con humedad ambiental alta.
- Suelo: el ideal es el que está hecho de una parte de mantillo de hojas, una parte de arena y dos de turba.
- Trasplante: si lo haces, se debe realizar únicamente en primavera para que la plana sufra menos.
- Riego: debe ser frecuente para que la tierra se mantenga húmeda y no llegue a secarse, pero evita encharcar.
- Poda: no la necesita, pero se recomienda que cortes la espiga floral cuando se marchite para que salgan nuevos brotes.
- Abono: necesita un fertilizante mineral cada dos semanas durante el verano.
- Plagas y enfermedades: si está en un ambiente muy seco será propensa al ataque de cochinillas y pulgones.
- Multiplicación: se hace a partir de esquejes de los tallos que brotaron en la primavera.