Cuando hablamos de fertilizantes, a menudo uno imagina automáticamente grandes granjas y maquinaria pesada rodando sobre ellos y rociando productos químicos a diestro y siniestro. Hoy, sin restricción, el uso de fertilizantes es muy global en jardines o plantas de interior, e incluso en huertos orgánicos o urbanos.
En este artículo veremos ¿Qué son los fertilizantes y sus principales tipos? así como la mejor manera de hacer tu propio estiércol casero.
¿Qué son los fertilizantes?
Son sustancias a las que, como su nombre indica, están acostumbradas a dar fertilidad al suelo, es decir, para hacerlo más adecuado para que las plantas puedan crecer en ellos, y pueden favorecer más directamente a la planta si se esparcen precisamente en la zona de sus raíces y no solo en el suelo circundante.
En una gran campo de acción de flora natural, como selva o bosque, el suelo recibe constantemente el aporte de material orgánico que se descompone y proporciona nutrientes que pueden reforzar las nuevas plantas. En cambio, en un pote o vergel esto no sucede, por lo que muchas plantas necesitan cobrar esos nutrientes que su suelo ya no recibe de otra forma. Aquí tienes los fertilizantes que aportan este suplemento, que tus plantas agradecerán.
Hay muchos tipos de fertilizantes, aunque la principal diferencia en su uso en floricultura doméstica es entre fertilizantes orgánicos e inorgánicos.
- Fertilizantes inorgánicos se producen sintéticamente. Son abonos minerales que suelen ser ricos en materias como hierro y potasio.
- Fertilizantes orgánicos se elaboran a partir de productos o desechos de origen animal o vegetal. Algunos muy comunes son el estiércol o excremento de aves.
¿Cómo hacer tu propio estiércol casero?
La mayoría de abonos caseros son orgánicos porque están hechos a partir de residuos que todo el mundo tiene en casa y así, encima de reciclar y economizar, te permiten mejorar el vigor de tus plantas. Estos son algunos de los abonos orgánicos más utilizados y sus formas simples de elaboración.
Café molido
El café es una sustancia rica en ázoe, potasio y magnesio, todas estas sustancias importantes para las plantas. Para hacer fertilizante, solo necesitas dejar reposar los posos de café o los granos molidos sobre una hoja hasta que estén completamente secos. Una vez seco, puedes rociarlo directamente sobre el suelo cerca de tus plantas una vez al mes.
Ceniza de chimenea
Si tienes una chimenea en casa, tienes un excelente estiércol orgánico. La ceniza de madera es rica en fósforo, por lo que, cuando se diluye en el agua de riego, ayudará a las plantas a producir flores y frutos más dulces, así como a combatir las plagas. Este fertilizante incluso aumenta la alcalinidad del suelo, así que ten cuidado si tienes plantas que requieren suelos ácidos.
Compost
El compost es uno de los fertilizantes más equilibrados y seguros de utilizar, ya que todas las especies vegetales agradecen su aplicación, que encima favorece la resistencia de las plantas a las plagas y ataques al revitalizar los microorganismos del suelo.
Para hacer estiércol, almacene los desechos de sus plantas, como sobras de frutas y verduras, esquejes, césped o periódicos, en un recipiente o en un hoyo en el jardín. Lo ideal para conseguir un compost sereno es colocar una almohadilla de residuos secos debajo de otra capa de residuos verdes y cubrirla con un poco de tierra. Esta operación se puede repetir cuando se generan más residuos, formando así varias capas. Es importante remover y difundir el compost una vez por semana y humedecerlo tenuemente si vives en un clima muy seco, pero siempre sin encharcar.
Como detalle final, su compost debe olfatear a tierra húmeda. Si notas olores desagradables o intensos, puede ser que se haya filtrado algún excremento animal o que haya exceso de humedad.
Sulfato de magnesio
Estas sales pueden interpretar como fertilizante mineral si se disuelve una cucharada en 4 litros de agua, gracias a su rico aporte de magnesio y sulfato. Son especialmente bártulos para plantas de interior, rosas, tomates, patatas y pimientos.
Cáscaras de cambur o plátanos
Los plátanos son una fruta conocida por su contenido en potasio, por lo que las plantas incluso pueden beneficiarse del fertilizante con su cáscara. Para hacer fertilizante, corta la concha en trozos pequeños y hiérvelas durante unos 15 minutos en agua. Luego deje apaciguar, filtre la mezcla y tenga su propio fertilizante de cáscara de plátano.